El RPG de acción para PS4 de Square Enix mantiene el equilibrio perfecto entre antiguo y nuevo, evoca de manera impresionante a su legendario pedigrí a la vez que sorprende a sus fans más tradicionales.
Final Fantasy VII es un juego importante. No solo para los millones de jugadores cuyas vidas han sido tocadas por este juego en las dos décadas pasadas, sino también para Square Enix; FF7 es sin duda el juego más reconocible desarrollado dentro del gran género de JRPG.
Así que la idea de volver al punto de partida y recontar esta historia atemporal en un juego completamente nuevo diseñado para los hardware modernos parecía una tarea imposible. La tecnología del juego original de 1997 puede que se ubique en ese momento, pero los sentimientos que todos tenemos hacia nuestra primera visita a Midgar solo nos han hecho más fuertes según hemos ido creciendo. ¿Cómo reavivar ese amor? ¿Cómo recrear Final Fantasy VII sin decepcionar (o enfadar) a uno de los grupos de fans más apasionados dentro del mundo de los videojuegos?
Final Fantasy VII Remake, contra todo pronóstico, consigue esto y más.
Final Fantasy VII Remake, contra todo pronóstico, consigue esto y más.
El hecho de jugar a Final Fantasy VII Remake es una experiencia fascinante. Esta no es una recreación calcada paso a paso del juego original con una nueva capa de pintura. En lugar de eso, parece que Square Enix usó el original como borrador y se preguntó: “¿Qué tipo de juego sería Final Fantasy VII si lo hiciésemos hoy?”
Esto no quiere decir que esta gran y ambiciosa reaparición no me toque la fibra sensible nostálgica; se las arregla para mantener el equilibrio perfecto entre antiguo y nuevo, evocando de manera impresionante a su legendario pedigrí a la vez que sorprende a sus fans más tradicionales aportando ingeniosos giros y secuencias totalmente nuevas.
Los personajes secundarios favoritos de los fans, como los Turk de Shinra, están impecablemente realizados, apoyados en un rendimiento perfecto que resalta sus distintas personalidades.
La música en el remake es un detalle crucial (yo, eh… puede o puede que no haya encargado ya los 7 discos de la banda sonora.) Estas no son solo versiones orquestadas de las canciones que conocemos, sino reconstrucciones desde cero, desde sus orígenes, honrando lo que hizo legendarias las composiciones originales, pero tomando grandes libertades (bastante justificadas) con seguridad. Esta va a estar fija en mi playlist por un tiempo.
¡Y la animación! En los JRPG de la era de los 32 bits (donde se incluye Final Fantasy VII), las animaciones siempre eran como una recompensa por conquistar una sección del juego. Estaba constantemente esperando ver lo que los maravillosos gráficos de la próxima escena prerenderizada aguardaba. La tecnología ha avanzado de forma que las líneas entre el juego y la animación son drásticamente menos claras, pero el remake aún tiene bastantes escenas y secuencias exageradas bajo la manga. Aún más importante, la animación en el remake evoca hacia la misma dirección y energía particular que en el original, a menudo dibujando una clara línea en mi mente entre los dos y reforzando que este es, de hecho, todavía Final Fantasy VII.
Durante la batalla, los personajes tienen unas habilidades y estilos de lucha únicos y completamente diferentes, todos ellos construidos según su personalidad y la forma en la que lucharía en la vida real ese personaje. La actualización de Tifa es la que más me intriga: su energía, sus veloces ráfagas de puñetazos y patadas que se entrelazan eficazmente con su comando de ataque más poderoso, hecho para un modo de juego que resultaría interesante de ver en altos niveles de juego, una vez que los jugadores hayan empezado realmente a desenvolverse en el sistema de combate tan potente del remake. Una honorable mención a Aeris, quien aunque al elegirla haga girar su báculo de forma elegante pero despreocupada, es capaz de lanzar hábilmente ataques mágicos de largo alcance desde una distancia segura.
Intentar resumir este gran, ambicioso y casi imposible proyecto es excepcionalmente complicado. La palabra que sigue viniéndome a la mente cuando intento describirle a la gente Final Fantasy VII Remake es “espectacular”. Pero no solo me refiero con espectacular a “muy bueno”, lo digo literalmente. Este juego es un espectáculo a múltiples niveles.
Final Fantasy VII es una inusual entrada al panteón de todos los grandes videojuegos que de verdad merecían una nueva versión, para que una nueva generación de jugadores pueda experimentar esta historia atemporal, y para aquellos de nosotros que hemos crecido bajo esta forma de vida, para que podamos experimentar esta magia una vez más. Final Fantasy VII Remake se encuentra a un lado de su orgulloso predecesor, listo para heredar su legado y mantener ardiendo su brillante llama.
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