La última versión del sangriento shooter de Bethesda llega con mucha personalidad.
Si habéis tenido el valor de sumergiros en DOOM, tras su lanzamiento la semana pasada, ya sabréis que es mucho más que un juego de machacar demonios, como a primera vista puede parecer. Os presentamos algunos de los motivos por los que esta nueva versión del clásico nos ha hecho sonreír como locos. ¿Quieres compartir los tuyos? Déjanos un comentario…
El placer de chocarla con el puño
DOOM está repleto de zonas secretas y objetos escondidos. La idea de “secreto” en algunos juegos es esconder un objeto con un brillo (para nada) sutil, detrás de una columna, pero esto no ocurre en DOOM; al estilo de sus predecesores, tendréis que sudar para conseguir descubrir todos los secretos.
Cada nivel cuenta con dos Imp Models (Pequeños muñecos del protagonista de DOOM) con distinta indumentaria, incluyendo un Vaultguy (Hombre del refugio) de Fallout, y está claro que este pequeñín tiene una estrecha relación con nuestro héroe.
Corriendo como alma que lleva el demonio
Como sucedía en el DOOM original, la nueva versión es trepidante. Muy trepidante. Conseguir ponerse a cubierto mientras te persigue un par de Hell Knights, es una de las experiencias más intensas que he tenido últimamente en un juego. Por suerte, a diferencia del original, ahora el personaje puede saltar y escalar al estilo parkour, para escapar rápidamente.
Los clásicos nunca mueren
La versión de 2016 de DOOM rinde homenaje al clásico de 1993 en muchos aspectos. El más evidente es la recreación de los niveles originales del juego, para aquellos con vista de halcón que encuentren las palancas y entradas secretas que os lleven atrás en el tiempo.
Cuando encontréis la entrada al nivel, desbloqueareis la opción de jugar el nivel clásico completo desde el menú principal, junto con una banda sonora llena de nostalgia.
Armas, armas y más armas
Ahora podréis mejorar las armas mientras recorréis los numerosos niveles de pesadilla de DOOM, pero no tenéis que conformaros con la mejora de un arma una vez seleccionada. Podéis cambiar la mejora cuando queráis pulsando hacia arriba el botón de dirección, por ejemplo, la escopeta puede disparar tanto en el modo fuego rápido como con munición explosiva.
Poneos a prueba
Durante el juego encontrareis símbolos que os darán acceso a las Rune Trials (desafío de runas), intensas pruebas con tiempo limitado que llevan la presión a otro nivel. Al completar el objetivo (como matar un determinado número de demonios, utilizando un arma concreta, antes de que se acabe el tiempo) recibiréis una recompensa. Podéis volver a jugar el desafío cuando queráis desde el menú principal, para superar vuestras marcas de tiempo.
Enséñales quién manda
DOOM cuenta con algunos de los mejores gestos para multijugador hasta la fecha. ¿En qué otro juego puedes bailar como Carlton Banks, de El Príncipe de Bel Air, sobre el cadáver ensangrentado de tu enemigo?
Pu propio infierno personal
Si conseguís abriros paso a disparos por la campaña y aún queréis más, el modo Snapmaps de DOOM os abre la puerta a otros mundos de terror. Estos mapas creados por los jugadores ofrecen una cantidad ilimitada de desafíos, con una gran variedad de armas, demonios y entornos, solo limitados por la retorcida imaginación de la comunidad de jugadores. Vosotros también podéis crear vuestra propia versión del infierno y subirla, por supuesto.
Volveré
The Foundry (La Fundición) está llena de contenedores a rebosar con ardiente metal fundido, si os dais un baño accidentalmente en uno de ellos, puede que os resulte familiar la forma de decir adiós:
¡Échale una mano a ese demonio!
¿Puede haber algo más divertido que arrancar un brazo a un demonio y golpearle con él en la cabeza? No, seguro que no.
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