Review de Tron Legacy

Veintiocho años es mucho tiempo para saber cómo continúa una historia, y si se trata de un relato como el que asombró al mundo en 1982 (o al menos al mundo que estaba preparado para paladear Tron) la espera puede adquirir tintes casi dramáticos. Afortunadamente no vivimos en un futuro analógico de ciencia-ficción como aquel en que se aventuraba Michael J. Fox, sino que estas casi tres décadas las hemos empleado casi por completo en desarrollar y expandir eso que hemos quedado en llamar digitalización. Pues bien, gracias a ese rumbo tomado ahora podemos disfrutar del universo TRON como se merece, con efectos especiales de vanguardia y asistiendo a un mundo virtual vivo, dinámico y de una fantasía a la vez tan realista y tan aplicable a nuestro mundo real que resulta difícil no empatizar con sus habitantes.

Tron bebe de los videojuegos, y los videojuegos, en parte beben también de muchos de sus conceptos e ideas. Con esa premisa un producto como TRON Evolution se hace casi necesario, obligatorio e imprescindible, al igual que se hacía imprescindible contar algo más acerca de la historia de La Red. Pues bien, este juego es ese nexo de unión entre la película original y la nueva Tron: Legacy, que deberíais ver si no lo habéis hecho ya. En él se nos cuentan cosas importantes para entender el film al tiempo que se nos presenta personajes que tendrán gran relevancia en el mismo; como Quorra o Castor. Pero principalmente, y si por algo nos interesa Tron Legacy es porque se trata de la narración, hasta ahora inédita, de la sublevación del surgimiento de los ISO y la aparición de Clu.

En ese marco tan complicado nos encontramos nosotros, controlando a un supervisor de sistemas programado por Kevin Flynn cuyo deber será acabar con una misteriosa plaga de virus que está infectando la red bajo las órdenes de un tal Abraxas. Tal cometido lo desarrollaremos a través de unas doce horas de juego en las cuales se combinan diversos elementos de los beat ’em up clásicos con buenas dosis de parkour al estilo Mirror’s Edge y alguna que otra conducción de motos y tanques.

Pero donde Tron Evolution posee su mejor baza es sin duda en su apartado visual, que apoya en la misma base estética que la película y que al igual que ocurre con esta, ve potenciadas sus cualidades gráficas por medio de la tecnología estereoscópica 3D. De esta manera es como el juego consigue destacar y salirse de los marcos habituales del clásico juego de aventuras. Su variedad de situaciones, mezclando combates con puzzles, plataformas y carreras permite que la diversión y la inmersión se mantengan, pero su particular look es el que eleva todos esos elementos a otro nivel. Porque conducir motos, se hace en muchos juegos, pero acabar con los corredores rivales mediante la estela que dejas tras de ti sólo se hace en uno. Y por supuesto todas sus cualidades se pueden explotar también en el modo online, donde podremos llevar nuestro supervisor, con sus poderes debidamente desarrollados y potenciados en el modo historia a luchar contra los programas de otros usuarios. Un complemento entretenido a la par que desafiante.