
El emocionante juego original de PS2 perdura en esta versión actualizada con nuevos controles y mejoras visuales.
Han pasado dos décadas desde que Metal Gear Solid 3: Snake Eater se estrenó por primera vez, en PlayStation 2. El juego recibió todo tipo de elogios por su historia, sus personajes, y probablemente una de las mejores temáticas abordadas en la historia del videojuego. Después de un largo letargo, ha mudado la piel para convertirse en Metal Gear Solid Delta: Snake Eater. El 28 de agosto, intentará recapturar el espíritu que hizo del juego original un clásico. Tras pasar ocho horas jugando a la versión de PS5 Pro, me alegra compartir cómo logra plasmar el espíritu del original, adaptarlo a los tiempos actuales y… algo más.
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Delta es un auténtico remake hecho desde cero, con una fidelidad extrema en casi todos los aspectos de la obra original, pero lo primero que me llamó la atención fue el nivel de detalle de la experiencia gracias a las mejoras gráficas.
Fidelidad visual a otro nivel





Esta versión actualizada de Snake Eater es un espectáculo visual en PS5 Pro, sobre todo en entornos con vegetación. Por ejemplo, la lluvia que gotea de forma realista por el poncho, o el camuflaje y el uniforme de Snake, que se ensucian con el barro o la maleza del bosque. Esa mugre aparecerá hasta en las cinemáticas, dándole un punto más realista.
La saga Metal Gear presenta un variado plantel de guerreros curtidos en mil batallas, muchos de ellos con cicatrices que cuentan su propia historia. Si ya estáis familiarizados con Snake Eater, sabréis que las cicatrices tienen mucho significado, por lo que los desarrolladores las han resaltado con sumo cuidado. Uno de los ejemplos más llamativos es el rostro surcado de cicatrices del coronel Volgin. Cuando habla, la piel se le deforma de manera creíble, conformando un retrato tan trágico como hermoso.
Hablando de retratos, se ha añadido un modo Foto adaptado a los tiempos que corren. Al igual que la mayoría de juegos de Metal Gear, Delta depara una buena cantidad de momentos absurdos que podréis inmortalizar. Con un montón de filtros y ajustes a vuestra disposición, podréis crear vuestra obra maestra en las montañas… o hacer payasadas con una cabeza de cocodrilo puesta. El modo Foto es ideal para capturar todos esos pequeños detalles ocultos en el juego.
Controles de juego: ¿el estilo nuevo o el clásico?
Para adaptar Snake Eater a los videojuegos modernos, se ha introducido una nueva configuración de control denominada «Estilo nuevo». Antes de iniciar una nueva partida, los jugadores podrán elegir entre el estilo nuevo o el clásico (el cual asigna los controles como el original de PS2). Podréis cambiar entre un estilo y otro. Eso sí, os aviso que esta acción implica volver cargar el nivel o el mapa, por lo que tendréis empezar de nuevo la sección.
El estilo nuevo está pensado para los que nunca han probado el juego, o para los que prefieran unos controles más modernos. Esta opción incluye el movimiento libre de la cámara en 360 grados, para que podáis observar todo el entorno. Así será más fácil orientarse o impedir que el enemigo os pille desprevenidos.
El combate y los tiroteos recuerdan más bien a Metal Gear Solid V, gracias a una cámara en tercera persona sobre el hombro. La puntería asistida está activada por defecto, pero siempre podéis desactivarla. Con el estilo nuevo, también podréis pasar a la cámara clásica en primera persona y moveros con libertad, como si fuera un shooter. La vista en primera persona resulta especialmente útil, por ejemplo, para realizar tiros precisos a través de una valla metálica, cosa que no podía hacer en tercera persona.
Pero la joya de la corona de estos controles actualizados es la reconfiguración de los botones de dirección. Al mantener pulsado el botón izquierdo, abriréis el inventario de objetos (los que no son para el combate), mientras que con el botón derecho aparecerán las armas que tengáis equipadas. El botón de arriba abre el menú de camuflajes para cambiaros rápidamente, y el botón de abajo sacará la radio (un atajo más que bienvenido). Ya no tendréis que enredaros en los menús para cambiar de atuendo según el escenario.
En Snake Eater, el protagonista se infiltrará en entornos de lo más variados, cada uno pensado para las distintas opciones de camuflaje. El menú de cambio rápido tiene el acierto de mostrar la combinación de camuflaje facial y corporal que mejor se ajuste al entorno en cuestión. No tuve ningún problema al cambiar una textura verde por una grisácea oscura como la piedra, para después pasar a un camuflaje con el tono del óxido; todo mientras me arrastraba por el suelo. Esta nueva opción mejora la jugabilidad sin interrumpir la acción.

Otra gran función de accesibilidad es la opción de configurar las pistas en el juego. Podéis activarlas todas o ninguna. Yo activé las pistas solo en los momentos más relevantes, como cuando me aparecían los controles para nadar cerca del agua o para quedarme colgado de un acantilado. Esto resulta especialmente útil en esas situaciones extrañas y tensas en las que, de otra forma, habría entrado en pánico.
What a thrill
El reparto de doblaje vuelve a cumplir con creces, y la Unidad Cobra sigue sin perder su encanto, con grandes momentos que no han perdido su repercusión. La escena de la escalera me recordó a cuando jugué al original hace muchos años, en casa de mi abuela.

Las paradojas, los huevos de pascua y todos los detalles que esperaba encontrar siguen ahí. No ha habido ningún momento que me chocara o se apartara del guion original. La canción y la intro de apertura se han remezclado y, aunque esto ya se trate de gustos, cada nota me provoca las mismas sensaciones.
Metal Gear Solid Delta: Snake Eater llega el 28 de agosto a PS5; una fecha para marcar en el calendario para todos los fans veteranos, o para los recién llegados a la saga que quieran descubrir el aclamado origen de su argumento.
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