
Descubrid todos los detalles sobre el equipo, las fases, los enemigos y mucho más del intenso shooter en primera persona cooperativo de Remedy Entertainment.
«¿Qué es ESO?».
En las oficinas de Remedy, mientras otros dos redactores y yo probábamos en primicia el FBC: Firebreak, que está al caer, nos topamos con un problema. Concretamente, una extraña masa de color gris oscuro, siempre cambiante, que se movía erráticamente y de forma inquietante por la Cantera que estábamos explorando. No teníamos ni idea de qué era hasta que nos acercamos lo suficiente para reconocerla: una Púa Astral de Control, la «precuela» de Firebreak. Pero para entonces, ya era demasiado tarde. Los gritos que no tardamos en soltar confirmaron que seguía siendo tan letal como siempre.
No fue la única sorpresa que me llevé durante mi larga sesión de juego con este shooter en primera persona por escuadrones; es impecable, engancha una barbaridad y sale el 17 de junio para PlayStation 5. Esto es lo que descubrí tras unas cuantas rondas conteniendo una invasión paranormal en la Casa Inmemorial.
En equipo, viviréis; en solitario, moriréis una y otra vez
La intención de crear un equipo de tres para el «jugador contra el entorno» (JcE) del juego es centrarse en las tres clases del juego, conocidas como «kits de crisis». Yo me pillé el Jump Kit (kit de salto), que se especializa en control de masas y gestión de energía, mientras que mis dos compañeros de equipo eligieron el Fix Kit (kit de reparaciones), un experto en tecnología y arreglos, y el Splash Kit (kit de salpicaduras), un comerciante de agua y soporte para otros jugadores.

Estos kits están diseñados para complementarse y colaborar en tareas y ataques, así que, si intentáis ir a vuestra bola, lo más seguro es que terminéis muertos. La comunicación es fundamental, sobre todo porque es fácil que os dé el fuego amigo, y sacarles todo el partido a las herramientas de los kits es la única manera de sobrevivir al chorreo constante de hordas enfurecidas. Y dado que disponéis de un número limitado de reapariciones en el equipo, reviviros unos a otros en el campo de batalla es la mejor forma de seguir jugando, pero no siempre es fácil cuando tienes un montón de bestias del Hiss alrededor.
Crear el armamento perfecto
Además de los fusiles, escopetas y pistolas de rigor, cada kit contiene tres tipos de equipamiento: una herramienta, un aumento y un objeto. El armamento inicial de mi Jump Kit incluye un Electro-Kinetic Charge Impactor (impactor de carga electrocinético) para electrocutar a los enemigos, cargar los generadores y saltar a más distancia, y un BOOMbox que distrae a los enemigos cuando está cargado.
En las sutilezas sistémicas del equipamiento de cada kit es donde entra en juego el trabajo en equipo. El Splash Kit de mi camarada usa su Crank-Operated Fluidic Ejector (expulsor fluídico de manivela) para mojar a las bestias, lo que maximiza mi ataque eléctrico contra ellas. A su vez, nuestro colega con el Fix Kit utiliza su Swivel Turret (torreta giratoria), que sigue a cualquier rezagado y le suelta una andanada de disparos.

Como los mejores shooters cooperativos, FBC: Firebreak os anima a improvisar cuando la cosa se pone cada vez más cuesta arriba, sin tenerle miedo al cachondeo que surge del caos. Hay un punto de travesura en el equipo de Remedy cuando desbloquean los aumentos de nuestros kits, y no tardo en pillar el porqué. En cuanto se cargó, mi aumento —el famoso AI19 Garden Gnome (enano de jardín AI19)— soltó un enanito de apariencia inofensiva, pero que montó una tormenta eléctrica brutal que nos pilló demasiado cerca a todo el equipo y nos dejó fritos. Fallo mío.
Jugando con cerditos hucha y papel
Por supuesto, no todo va a ser luchar (ni lisiar accidentalmente a vuestros compañeros) con cosas como la AI44 Teapot (tetera AI44), capaz de incendiar a los enemigos, o el AI16 Piggy Bank (cerdito hucha AI16), que inflige muchísimo daño, pero se rompe al impactar. Jesse Faden, la directora de FBC y protagonista de Control, os ha dado tareas específicas para que os aseguréis de que podéis contener la invasión del Hiss.

En esta versión del juego, tengo acceso a tres de los cinco trabajos que estarán presentes tras el lanzamiento. Hot Fix (reparación rápida) plantea reparar cierto número de disipadores de calor y volver a sellar el horno paranatural del sector de mantenimiento. En Paper Chase (papeleo), hay que destruir un número determinado de pósits, mientras intentáis sobrevivir a los monstruos hechos con estas hojas adhesivas. Ground Control (control de tierra) os lleva hasta la Cantera de Roca Negra para matar sanguijuelas astrales y descubrir las perlas irradiadas que tenéis que reunir en una lanzadera, para luego ponerla en órbita.
Cada nivel, con un diseño muy trabajado, os da pie a sacarle todo el jugo a las diferentes habilidades de los kits. Por ejemplo, la llave del Fix Kit os permite arreglar ventiladores rápidamente, lo que os evita el minijuego de seguir la secuencia de botones que otros kits sí necesitarían completar; o el humidificador del Splash Kit, que rocía agua curativa para limpiaros la radiación.
Sin embargo, los trabajos también traen su buena dosis de momentos terroríficos, como el enfrentamiento con Sticky Ricky (Ricky el Pegajoso), un jefe que es literalmente un pósit gigante y para el que necesitaréis activar los generadores cercanos antes de poder hacerle daño. O las ya mencionadas Púas Astrales, seres que os darán pesadillas y que acechan en la Cantera.

La personalización y la corrupción os mantienen siempre en vilo
Con sus gratificantes tiroteos y unos controles fluidos que le sientan como un guante al mando inalámbrico DualSense, FBC: Firebreak promete mucho. También se ampliarán un montón de elementos adicionales para el lanzamiento, como los numerosos componentes de equipo y cosméticos personalizables y desbloqueables para armas, equipamiento y armaduras, o ventajas de nivel como la posibilidad de tener balas electrificadas o la habilidad de quitarse la radiación o el fuego saltando en el sitio.
Incluso hay un modificador de nivel de corrupción, que introduce objetos corruptos que conllevan peligros adicionales, como baja gravedad o enemigos superrápidos, una cosa horrible con la que me topé y que me costó morir ni se sabe cuántas veces. Todo está diseñado para sacar el máximo partido a los sistemas de movimiento y de estados del personaje, creando resultados impredecibles que convierten a FBC: Firebreak en una experiencia atractiva y en constante evolución.
Las puertas de la Casa Inmemorial se reabrirán cuando FBC: Firebreak llegue a PS5 el 17 de junio, disponible desde el primer día para los suscriptores de PlayStation Plus Extra y Premium del Catálogo de Juegos de PlayStation Plus. Y para quien aún albergue dudas, que no se preocupe: Remedy lo tiene todo bajo Control.
Unirse a la conversación
Añadir un comentario¡Pero no seas idiota!