El estudio español Jankenteam y Merge Games recupera esta gran aventura para una nueva generación (y para las de siempre).
Nanananááá, Nanananááá, nanananananáaaa… si lo has leído cantando, me parece, lector, que tengo poco que contarte. Ve ya a PS Store y hazte con Alex Kidd in Miracle World DX, que llegó hace un par de días a PS5 y PS4, para recibir ese chute de nostalgia y plataformeo de la vieja escuela que el cuerpo te está pidiendo. Las gentes de Jankenteam y Merge Games se han esforzado por que el clásico recibiera un remake a la altura para hacer las delicias de grandes y pequeños. Las sensaciones son inmejorables, pero permíteme que hable primero a aquellos que no conocen Alex Kidd in Miracle World para que entiendan mejor el porqué de este revuelo.
Por muy jóvenes que seáis, es fácil que el nombre de Alex Kidd os suene de habérselo oído a los jugones más talluditos. Y si lo pensáis, es un poco raro, ¿no? Parecen tenerle mucho cariño a pesar de no ser un personaje que haya tenido continuidad en el tiempo como es el caso de otros personajes famosos del mundo de los videojuegos…
Lo cierto es que siempre que oigáis de boca de algún veterano este nombre con un cierto tono nostálgico, están haciendo referencia en realidad al primer juego de la saga, o sea, Alex Kidd in Miracle World (1986), y la razón es tan sencilla como efectiva: era el maravilloso juego que venía grabado habitualmente en la memoria interna de Master System, la consola de 8 bits que introdujo a SEGA en nuestros hogares. Es importante tener esto en cuenta, ya que hubo varias entregas más tanto en Master System como en Megadrive y máquinas arcade, pero ninguna llegó a estos niveles de popularidad. En realidad lo que pasó fue que SEGA buscaba una mascota que se erigiera en icono de la marca y bueno, ya imaginaréis que Sonic en 1991 le robó el protagonismo al bueno de Alex. Por ello, principalmente, es por lo que quizá estéis menos habituados a verle.
Alex Kidd apareció presentado al mundo como un huérfano de largas orejas y ciertas características de mono que vive solo en el Monte Eterno del planeta Aries. Allí ha entrenado duro en el Shellcore, una técnica que le permite alterar el tamaño y la fuerza de sus puños hasta el punto de romper rocas. Y sí, la inspiración en cierto famoso anime es evidente; tened en cuenta que Toei Animation ya llevaba emitiendo Dragon Ball en Japón desde febrero de 1986. Es más, la práctica de hacer videojuegos que de un modo u otro parecían “el juego de Goku” fue bastante común en la segunda mitad de los años 80, pero esa es otra historia.
Respecto a este increíble remake que nos ocupa, el equipo de desarrollo español Jankenteam se ha centrado en el apartado visual y, sobre todo, en las sensaciones; en que Alex Kidd in Miracle World DX luzca maravilloso con las posibilidades de PS4 pero sin perder ni un ápice de la esencia del juego original. Cada salto, cada movimiento o cada enemigo son exactamente iguales que en el juego original de Master System a pesar de que ahora tengan sprites mayores, estén mejor animados y sean más coloridos. Y si de colorido hablamos, es que poco hay que comentar. Mirad qué belleza de imágenes, mirad 😀
El estudio ha tenido también un guiño maravilloso para los jugadores de toda la vida, que es la posibilidad de alternar entre los gráficos del remake y los originales en cualquier momento mediante el botón R2. Esto ya lo hemos visto en otros retornos recientemente, como es el caso de Wonder Boy: The Dragon’s Trap, y a esta aventura de Alex Kidd le sienta estupendamente. El cambio además es rapídisimo, cómodo y está perfectamente integrado. No podréis parar de pulsar para comparar cómo se veía y cómo se ve.
Si nunca lo habéis jugado antes ya sea por edad o por no haber tenido la posibilidad, descubriréis un plataformas duro pero justo, bien medido en todos sus aspectos y que sabe recompensar la paciencia, el aprendizaje y la perseverancia. Además, este remake viene con opciones para facilitar un poco la labor (como las vidas infinitas o diferentes niveles de dificultad) para quienes no quieran complicarse mucho la vida.
Por supuesto, no faltan todas las señas de identidad que convirtieron Alex Kidd in Miracle World en todo un icono, como la motocicleta, el peticóptero y, cómo no, los duelos de piedra-papel-tijera contra los jefes finales. Se trata de un juego hecho con mucho amor para recordarnos que los títulos que disfrutamos hoy día tienen unas bases bien fundamentadas y que volver a ellas para conocerlas o disfrutarlas cuando queramos es un muy sano ejercicio para cualquier jugón de pro.
Ah, y antes de terminar, que no se me olvide: si queréis jugar al juego original, lo tenéis también en la biblioteca de PS Now junto a al resto de un catálogo que os proporcionará horas y horas de entretenimiento con juegazos de todas las generaciones. ¡Disfrutad mucho con Alex Kidd en vuestras PlayStation!
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