El creador de esta aventura de acción para PS4 nos habla de las armas y los combates contra los jefes antes de su lanzamiento.
En Darksiders I y II conocimos a dos personajes inolvidables: Guerra y Muerte, los dos primeros jinetes del Apocalipsis. Su aspecto imponente y sus gigantescas armas se convirtieron en elementos clave de la saga. En las dos primeras entregas de Darksiders, el jugador descubría distintos artilugios que le permitían ir avanzando.
Darksiders III supone un gran salto en cuanto a la evolución del personaje. Al igual que Guerra y Muerte, la tercera jinete del Apocalipsis domina las artes del combate.
El arma favorita de Furia es un látigo compuesto por nada menos que 347 cuchillas. A diferencia de sus hermanos, Furia domina la magia; además, su forma física varía según el arma que lleve equipada. Por ejemplo, en su forma de fuerza utiliza un martillo que le permite convertirse en una bola para recorrer los escenarios. Esta es una de las cuatro formas que se desbloquean a medida que avanza la historia.
En la práctica, todos estos movimientos, poderes, formas y armas se traducen en un combate mucho más táctico. En el juego hay más peleas uno contra uno duras de roer que enfrentamientos contra hordas de enemigos.
Furia tendrá que verse las caras con jefes de lo más temibles, entre los que se cuentan los siete pecados capitales. Cada uno tiene su propio estilo y plantea un desafío único. Por ejemplo, Pereza da órdenes a un ejército de monstruos mientras se toma su tiempo para lanzar glóbulos de veneno.
Otro aspecto fundamental y diferenciador de Darksiders III es que su desarrollo no es lineal. Los jugadores pueden elegir el jefe al que quieren enfrentarse en momentos determinados de la historia.
Creemos que estos cambios ofrecen una experiencia de juego más sofisticada en Darksiders. Además, son un fiel reflejo de la complejidad e importancia de Furia en el contexto de toda la saga.
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