Como recordaréis, Dying Light, el último survival horror de acción en primera persona de Techland, llegará este año a PS4. Hoy vamos a hablar un poco más de este juego y a mostrar un nuevo tráiler en el que se trata su “Humanidad”.
Comencemos con algo sencillo: nos hemos acostumbrado a matar a zombis tontorrones, ¿verdad? Las películas del género, las series de televisión, las novelas los cómics y por supuesto los juegos: todos ellos nos han enseñado que los zombis son carne de cañón en nuestras manos. Después de todos, ninguno debería estar preocupado por acabar con miles de estos no-muertos tan desagradables, cuerpos semi-inertes que se mueven como si fueran muñecos sin vida. ¿O debería preocuparnos…?
En Dying Light las cosas se han pensado para que sean un poco más complicadas….
Con el último tráiler que el equipo de Techland nos presenta del juego, Humanity (humanidad), se quiere presentar una visión más en profundidad de lo que una epidemia zombi podría significar para la humanidad. La palabra crucial en esta definición es “epidemia”. La mutación en zombi es el resultado de una infección, no de una especie de transformación supernatural, sino simplemente de una enfermedad, como puede ser un catarro, una neumonía o el SARS.
Esa situación ha ayudado a los creadores del juego según ellos mismos explican, a diseñar una de las funciones más geniales de Dying Light: su escenario. Una ciudad en cuarentena justo unas semanas después del estallido de la infección.
Se trata de una inquietante localización que muestra la horrible realidad de lo que es vivir en una zona en cuarentena, infestada por un virus. “Somos médicos, profesores, padres, hijos”, dice el narrador del tráiler. La gente que tan solo dos meses atrás tenía familia, un hogar y un trabajo, se ha convertido en carroñeros y cazadores de los que se le ponga por delante para poder sobrevivir. Ahora su rutina diaria consiste en reunir provisones, reparar barricadas, luchar por las poca medicinas que hay: es supervivencia pura y durasimplemente. En este mundo las cosas que damos por hechas en nuestra vida diaria son preciosos artículos de primera necesidad difíciles de conseguir.
Cuando cruzamos la ciudad de Harran, el jugador se encontrará con supervivientes en distintas situaciones. Puede que os encontréis que se andan ocultos, o atrapados, o rodeados de los infectados en los más inusuales lugares; pedirán ayuda desesperadamente. Vuestra ayuda. Dependerá de vosotros si decidís ir en su ayuda o no. Les prestaréis una mano o bien por ser buenos o en busca de una recompensa; en cualquier caso siempre tendréis que asumir un riesgo. La sombría realidad de Harran no dará muchas opciones.
“Pero ahí están”, continúa el narrador del vídeo. En la zona de cuarentena, la línea que existe entre los infectados y los que aún están sanos es muy fina. El jugador debería recordar que no solo los supervivientes fueron gente normal, gente como vosotros hace tan solo unos meses: y después se vieron infectados. Imaginad que para sobrevivir os veis forzados a disparar a vuestro médico de cabecera, a cortar a vuestro colega de trabajo en trocitos, o a dejar a vuestro mejor amigo ante una muerte segura.
La cosa está en elegir entre vosotros o ellos. Pero no deberíais olvidar que no son simples cuerpos andantes: simplemente están infectados, aunque no hay cura para su enfermedad. ¿Qué haríais si fuérais uno de ellos?
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