En Assassin’s Creed III: Liberation, tú juegas como Aveline de Granpré, una assassin de ascendencia francesa y africana. Sus habilidades para el asesinato abarcan múltiples disciplinas, y es especialmente experta en manipular las percepciones de otros para moverse sigilosamente a través de todos los niveles de la sociedad de Nueva Orleans del s. XVIII.
Para entender los talentos de Aveline, ayuda tener una imagen exacta del mundo en el que ella vivía. La Nueva Orleans del s. XVIII era un lugar tumultuoso, recién acabada la transición de la ocupación española a la ocupación francesa. Personas de todas partes del mundo y muchos modos de vida interactúan los unos con los otros: ricos terratenientes se codean con importantes colonos y adinerados mercaderes se mezclan con sirvientes contratados. Era una agitada mezcla de nacionalidades, ideologías, religiones, castas sociales y afiliaciones políticas; quizá más que en ninguna otra parte de los florecientes Estados Unidos.
Nacida de padre francés y madre africana mediante un sistema de matrimonio concertado conocido como plaçage, Aveline disfrutó todos los privilegios de la posición de su padre como rico mercader. Su herencia mestiza no le impidió mezclarse con la alta sociedad, pues su situación no era infrecuente en Louisiana.
Según Aveline creció en su papel como assassin, ella descubrió que podría cambiar de modo fluido entre estratos sociales simplemente variando su ropa. Esto es lo fundamental del Persona System del juego, accessible a través de una variedad de vestidores dispersos por el juego y que son desbloqueados de un modo similar a como se desbloquean tiendas en anteriores juegos de Assassin’s Creed. Aveline tiene tres imágenes diferentes que puede usar para mezclarse en diferentes lugares de actuación: la esclava, la dama y la assassin.
La esclava
Vestida como una plebeya de la clase baja, Aveline se puede mezclar sin problemas con las esclavas, sirvientas y otras trabajadoras. Como tal, ella puede rápidamente desvanecerse en el escenario simplemente haciéndose con una caja… nada que ver aquí, solo otro porteador llevando bienes mercantiles. Aveline puede también llamar a sus compañeros para que la ayuden e incitarles a crear disturbios públicos. Hay algunos inconvenientes con esta imagen, no obstante, pues Aveline debe evitar sus herramientas tradicionales. ¡Ella será vulnerable si su treta es descubierta!
La dama
Algunos lugares están solo abiertos para los escalones más altos de la sociedad. Para acceder a estas localizaciones, Aveline necesitará adoptar la aristocrática imagen de dama. Vestida con un atuendo dorado correspondiente a los más ricos e influyentes miembros de la alta sociedad, Aveline puede embelesar o incluso sobornar a ciertos individuos, abriendo nuevas oportunidades para el asesinato. Desgraciadamente, no puedes esconder mucho armamento en un miriñaque, así que las opciones de arsenal de Aveline son extremadamente limitadas cuando adopta la imagen de dama. Por supuesto, ciertos accesorios pueden ser modificados para obtener un efecto letal… ¿alquien quiere un paraguas que dispara dardos envenenados?
La Assassin
La apariencia de Assassin está diseñada para el combate, para ser ágil y dura a la vez: de este modo pasarás la mayor parte del tiempo metido en este letal y sagaz disfraz que alardea de contar con muchas similitudes al uniforme tradicional de asesino al estilo de Altair y Enzio. Aunque Aveline tiene acceso a una variedad mucho más amplia de armas y herramientas en esta apariencia, este Assassin tiende a llamar la atención en la mayoría de las situaciones sociales. En consecuencia los guardias, como es lógico, estarán más alerta ante la presencia de la Aveline vestida de cuero…, ¡simplemente piensa en lo relajado que te sentirías tú cerca de alguien que tiene un enorme machete colgando de su cinturón!
Y ahora que te has familiarizado un poco con tu heroína Aveline y las herramientas que puede emplear, estás perfectamente preparado para enfrentarte a Assassin’s Creed III: Liberation cuando llegue a PS Vita el próximo 30 de octubre. ¡Comienza la revolución!
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