Para alcanzar la libertad, el opresor debe caer.
Habrá derramamiento de sangre, se harán sacrificios, pero el ideal por el que todos luchamos, permanecerá por siempre.
Assassin’s Creed III nos enseña cómo la acción más pequeña puede hacer brotar la chispa que encienda la revolución: un soldado luchando por su país; un cura peleando con su fe por seguir sus creencias; una madre que está dispuesta a matar para proteger a sus hijos; un asesino solitario luchando por la libertad y la justicia.
El arma más fuerte contra la tiranía es la voluntad del individuo… es tiempo de ALZARSE.
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