En la que aún es una ardua espera hasta la llegada de Skyrrim, Bethesda nos da un aperitivo que si no llega a ofrecer lo necesario para ser considerado un RPG, sí trae unas buenas dosis de exploración mazmorrera. Hablamos de Hunted: The Demon’s Forge, un título de acción cuyas virtudes y defectos chocan frontalmente dando lugar a un pulso que puede decantarse de uno u otro lado según sea el empeño que pongamos en él.
Hunted: The Demon’s Forge es una apuesta novedosa dentro de un género clásico como es el dungeon crawler, al que adorna con tintes 3rd person shooter (de hecho emplea como motor gráfico el Unreal 3 engine) para dar lugar a una curiosa experiencia a medio camino entre Champions of Norrath y Kane & Lynch. Y es que, a ver, pongámonos en situación, el juego nos presenta dos personajes diferentes pero complementarios que deben avanzar por terrenos inexplorados mediante la cooperación. Eso deja clara una de las premisas de este título desarrollado por inXile Entertainment; que junto a un amigo lo pasarás mejor que en solitario, y desde luego es una aseveración muy cierta (sí, hay pantalla partida).
Sin embargo, no caigas en el error de imaginar otro juego pensado para dos cuyo modo single player es introducido a la fuerza y en el que el personaje que nos acompaña es una simple comparsa. Hunted: The Demon’s Forge cuenta con una IA bien trabajada gracias a la cual, tanto el guerrero Caddoc como la maga E’lara (los dos protagonistas) se comportarán siempre de la manera más útil cuando estén siendo controlados por la CPU. Algunos puzles y algunas puertas atrancadas requieren del trabajo conjunto de ambos para ser superados, pero el aspecto cooperativo de este juego va más allá de esto y se expande también hacia el sistema de combate. Como hemos dicho, uno de los protagonistas es un guerrero y el otro una maga. La táctica está clara ¿verdad? El primero podrá bloquear muy bien el avance de las criaturas del submundo a la vez que su compañera les ensarta con sus flechas. Esto, si tenemos un amigo al lado adquiere todo su sentido y eleva las cotas de diversión, aunque como decimos un solo jugador también puede disfrutarlo debidamente.
Lo único no tan bueno de Hunted: The Demon’s Forge es su apartado técnico y su sistema de juego poco variado y poco dado a las sorpresas. Sí es cierto que a medida que las horas de juego avanzan se nota una mejoría en ambos aspectos, pero también lo es que la mejoría puede no resultar suficiente para según qué usuarios. Creo que estamos, en definitiva, ante un juego en el que cuesta adentrarse y cuesta también sentirse cómodo. Si consigues hacer las dos cosas te esperan varias horas de buen juego que sobre todo en cooperativo pueden adquirir la categoría de inolvidables.
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