Si durante estos años hemos tenido en PS3 un juego capaz de mantener vivo el legado de los Survival Horror una vez puesto Silent Hill en manos americanas, habiéndose convertido Resident Evil en una saga más centrada en la acción y sin rastro por el momento de Project Zero u Obscure, ése ha sido sin duda Dead Space. Su apuesta por el terror más claustrofóbico y el gore más explícito supo cautivar hace un par de años a todo aquel que tuvo los arrestos necesarios para aventurarse en las múltiples estancias del USG Ishimura.
Ahora por fin tenemos entre las manos Dead Space 2, continuación directa del primer juego y en la cual volveremos a encarnar el papel de un Isaac Clarke altamente traumatizado por los acontecimientos vividos y la pérdida de su novia pero más experto en el asuntillo ese de liquidar necromorfos. Porque sí, esa es la premisa principal de Dead Space 2, enfundarse de nuevo el traje espacial y liquidar a todo alienígena que se ponga delante. La vida sigue igual para Isaac, como puedes ver, pero si estás pensando que nos enfrentamos a más de lo mismo entonces es conveniente que sigas leyendo.
Visceral Games ha sabido hacer evolucionar su obra convirtiéndolo en un título más completo, más complejo, más espectacular pero sin abandonar su señas básicas de identidad entre las que, como ya sabéis, se encuentra el peculiar sistema de mutilación de miembros necromórficos, los puzzles, los sustos en abundancia y los ruidos más chirriantes e inquietantes que es capaz de grabar la raza humana. Dead Space 2 es, para empezar y sobre todo, mucho más expresivo visualmente y más cinematográfico que la primera parte, y de paso ya que estamos, también mucho más terrorífico. Esto es algo que advertirás desde el primer minuto, pues si el Dead Space original comenzaba con Isaac y su equipo llegando totalmente equipados a la nave espacial, en esta ocasión comenzamos escapando casi “en cueros armamentísticos” y con una camisa de fuerza de un departamento médico invadido por necromorfos en “The Sprawl” el gran núcleo urbano-espacial en que se desarrolla la aventura. Así se nos da de paso una sana muestra de intenciones: Dead Space 2 es intenso de principio a fin y, ciertamente, en todo lo que hemos jugado, pocos momentos de relajación hemos vivido. Si no es por el aumento de espeluznantes escenas que presenciar en las que los glóbulos rojos hacen todo un papelón, es por la acumulación de enemigos ansiosos de despedazarnos; pero en cualquier caso, aún habiendo jugado con la primera parte, lo cierto es que aquí se pasa más miedo que en la sala de espera de un odontólogo.
Y es que en efecto el miedo del primer Dead Space se ha bifurcado adoptando ahora más formas y abarcando más ramas. Por ejemplo, habrá momentos del juego en el que el uso de la linterna, extrañas apariciones o siluetas caminando a lo lejos te recordarán a F.E.A.R, y la ambientación de algunas fases te hará recordar el terror japonés más psicológico. A esto además se une la presencia itinerante de una extraña figura femenina que aparece en ciertos momentos para inquietar y aterrar de manera conjunta. Sin embargo no todo es miedo pues también hay momentos de pura acción, como un convulso trayecto en monorraíl de apoteósico final, que contribuyen a hacer de Dead Space 2 una experiencia mucho más variada y con mayor diversidad de situaciones que en la primera entrega.
Esa variedad, por supuesto, también afecta positivamente a la jugabilidad, y es que aquí habrá muchas más cosas que hacer aparte de matar necromorfos. Hay momentos que te obligarán a mostrar tu ingenio y otros que exigirán de tu concentración y tus reflejos. No contaremos mucho, pero durante ese trayecto en monorraíl del que hablábamos habrá tiempo incluso para un minijuegos de aviones con Isaac en su vertiente flotante como protagonista. Y naturalmente todo lo que vimos hace dos años sigue aquí: los poderes telequinéticos y su utilización a la hora de resolver puzzles, el magistral uso de la gravedad o las armas y mejoras del personaje. Esto último, por supuesto, fundamental para causar estragos en un divertidísimo modo online en el que equipos de humanos y necromorfos se enfrentan entre sí a cara de perro. Y como estarás imaginando, nada de estandarizar los bandos: aquí los paisanos de Isaac utilizan el arsenal habitual y los alienígenas mutantes sus poderes y su brutalidad en el cuerpo a cuerpo. Y no temas, que sí; efectivamente puedes acabar con tus adversarios vomitándoles encima. Como ves, todo son buenas noticias en Dead Space 2.
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