¡Queremos empezar esta actualización de MUBI con una noticia de impacto!
Gracias a la magia restauradora de Watchmaker Films, tendremos en exclusiva para MUBI el primer largometraje de Tobe “La matanza de Texas” Hooper: ¡la película de culto Eggshells! Este primer largo de Hooper, de 1970, es una comedia psicodélica ambientada en el limbo contracultural de Austin (Texas). No llegó a exhibirse. No recaudó ni un céntimo. Cuatro años más tarde, temeroso de no volver a trabajar, hizo una modesta película de terror. Se llamaba La matanza de Texas y cambió el género para siempre. Así, Eggshells se estrena 42 años más tarde. ¡Muy pronto, en MUBI!
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Where the Boys Are (Bertrand Bonello, Francia)
A pesar de su largo título original, L’Apollonide (Souvenirs de la maison close), llamada primero House of Pleasures y más tarde House of Tolerance, el embriagador filme de Bertrand Bonello sobre un burdel parisino de finales de siglo fue una de las películas más llamativas, hermosas y conmovedoras del festival de Cannes en 2011. Justo antes de concluirlo, Bonello dirigió este cortometraje, uno de mis favoritos del Festival Internacional de Cine de Rotterdam de 2010. He aquí la descripción del IFFR:
Las adolescentes esperan tener una vida importante y fascinante. Mientras aguardan por ella, bailan y se besan, y espían a los fornidos obreros. Presentamos el nuevo cortometraje de Bertrand Bonello (Tiresia, Le pornograph, Cindy, The Doll Is Mine). Las adolescentes viven, charlan, fuman y beben juntas. Del otro lado de la calle, los atractivos obreros trabajan en la mezquita de Gennevilliers. Las chicas esperan llegar a ser adultas, descaradas y, al mismo tiempo, terriblemente inseguras.
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Películas de Larry Jordan
Larry Jordan, conocido también en círculos más formales como Lawrence Jordan, lleva medio siglo creando películas experimentales y de animación. Es amigo de Stan Brakhage, con quien coincidió en Nueva York, junto a Maya Deren y Bruce Conner, que lo acompañaron en Camera Obscura, una sociedad cinéfila que estuvo vigente varios años. Con posterioridad, Jordan abrió The Movie, la primera sala dedicada al cine experimental en 16 mm de San Francisco en 1958. También fue el fundador y director de Canyon Cinema Cooperative, por cortesía de la que presentamos diecisiete de las diecisiete de las películas de Jordan.
¿Por dónde empezar? Tal vez con Our Lady of the Sphere (1969), más que nada, porque entró a formar parte del registro cinematrográfico estadounidense en 2010. Al respecto de ella, dice la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos: “Jordan emplea imágenes “encontradas” para producir sus influyentes collages animados, a fin de crear “mundos desconocidos y paisajes mentales”. Our Lady of the Sphere, inspirada en el Libro tibetano de los muertos, es una de las obras más conocidas de Jordan. Se trata de un viaje onírico, surrealista, que fusiona imágenes barrocas con recortes victorianos, iconos de la era espacial, distintos temas musicales y efectos, como sonidos de animales y timbres.”
Otra recomendación sería Cornell, 1965 (1978). El origen de esta se remonta a 1959, año en que Jordan envió a Joseph Cornell un libro, elaborado a mano con fotogramas del Iván el Terrible de Eisenstein; a partir de ahí, se inició una relación epistolar entre los dos. McKenna: “En los años que siguieron, Cornell le encargó a Jordan fotografías y secuencias por correo… En 1965, Cornell le pidió a Jordan que fuese a verlo para ayudarlo. Así, durante el mes que pasó en Flushing, en casa de Cornell, Jordan trabajó en diversos montajes con cajas, editó la película A Legend for Fountains de Cornell y rodó nuevo metraje para él, además de realizar la única grabación que existe de este último trabajando.” Jordan continuaría creando cajas y collages por su cuenta durante las décadas siguientes.
En 1970, Jordan ganó una beca Guggenheim para crear Sacred Art of Tibet (1972), con su amigo Dean Stockwell. El San Francisco Chronicle lo describió como un “trabajo titánico realizado con brillante maestría y momentos profundamente impactantes”.
Si, por el contrario, queréis ver una muestra de su trabajo más reciente, Jonathan Marlow sugiere lo siguiente: “Cosmic Alchemy [2010] es coherente desde el punto de vista temático y visual con el resto de la obra de Jordan. Sin embargo y de la mano de la evocadora banda sonora de John Davis, la película se adentra en un territorio, ignoto a la par que provechoso, de complejidad metafórica. A los que no estén familiarizados con la obra de Lawrence Jordan, Cosmic Alchemy los dejará con muchas ganas de más. Para el resto, conocedores de su genialidad, será una nueva muestra de la dignidad de Jordan de contarse entre los maestros del cine experimental”.
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