Probamos la impresionante secuela de acción y rol de BioWare, que saldrá a finales de este mes.
Dragon Age: Inquisition, el último capítulo de la extensa saga de fantasía de BioWare, no pierde el tiempo nada más comenzar su historia destroza mundos. La verdad sea dicha, los desarrolladores han incluido un montón de detalles tan solo en el menú. Al empezar una nueva partida te catapulta a una idílica escena de una cumbre nevada llena de paz en medio de una devastación total. Y eso es solo el menú.
Para aquellos que hayan seguido los anteriores capítulos de Dragon Age, la historia es densa y rica en folclore popular. Pero cuando un portal verde incandescente se abre en nuestro mundo y da la bienvenida a legiones de demonios, los jugadores tienen una causa muy clara a la que unirse.
En Dragon Age: Inquisition, los jugadores siguen la historia de un superviviente que surge de esta explosión diabólica (casi) ileso. En el lugar de la explosión había tenido lugar una cumbre por la paz organizada por la Divina Justinia, que buscaba poner fin al conflicto entre magos y templarios. Al torcerse esos planes, se encomienda al personaje principal (el Inquisidor) la tarea de defender el legado de Justinia y dar caza a los agentes demoníacos que asolaban el reino.
A pesar de la gravedad de la situación y la enorme lista de personajes, Inquisition deja claros los objetivos y los motivos de cada uno. Esto ayuda a que los nuevos se acostumbren al mundo, y aprendan acerca de los poderes en pugna con el tiempo. Un grueso códice documenta también a los personajes, los lugares y las leyendas para aquellos que quieran adentrarse aún más en el folclore popular del universo de Dragon Age.
De la manera característica de BioWare, el sistema de diálogos ramificados de Inquisition permite elegir a los jugadores si quieren vagar por conversaciones enriquecedoras o acortar las charlas y volver a la acción. La forma en la que el jugador maneje estas situaciones no solo definirá al personaje principal, sino también la relación de ese personaje con sus seguidores.
Las batallas de Inquisition dan a los jugadores el control de un personaje cada vez, aunque estos pueden cambiar a cualquier héroe del grupo cuando quieran, dando órdenes a través de una vista estratégica de arriba hacia abajo y dirigiendo tantas o tan pocas cosas como sean necesarias. Toca el panel táctil, por ejemplo, e inspecciona el terreno de alrededor para organizar ataques, asignar hechizos y enviar a héroes a luchar cuerpo a cuerpo para empezar el asalto. También puedes ordenar a los seguidores que se queden atrás mientras el Inquisidor se acerca de forma sigilosa a los oponentes y derriba a cualquier desgraciado que se quede atrás.
Este sistema permite a los jugadores tomar una cantidad tremenda de decisiones, aparte de seleccionar el sexo, la raza y la clase del héroe. Puede ser necesario tomar decisiones al momento para organizar estrategias de grupo y luego derrotar a los enemigos en el campo de batalla, o un enfoque más casual para los menos pacientes. Se puede ajustar la dificultad de forma dinámica para que se amolde a los jugadores más exigentes.
Inquisition une a tres seguidores al héroe principal en menos de una hora, dando a los jugadores el control de un equipo completo antes de que se abra el mundo con la lista de misiones que incluye. Al pasar por picos invernales y bosques, los jugadores pronto se toparán con aldeanos que necesitan ayuda, tienen peticiones o son simplemente víctimas de las guerras que arrasan el reino. El jugador es libre de llevar a cabo estas misiones o ignorarlas, lo que de nuevo pone énfasis en las decisiones del jugador y la libertad de los nuevos para echar un vistazo superficial o adentrarse profundamente en el contenido ofrecido.
Fuera de las misiones, uno de los aspectos más fascinantes de Inquisition es solo eso: <i>la Inquisición.</i> Crear un ejército, equiparlo y personalizar fortalezas para proporcionar múltiples opciones a los jugadores, infundiéndoles un sentido de propiedad sobre el conflicto que hace que cada batalla sea más personal. Y cuando la personalización se extiende desde el héroe mismo a toda la maldita Inquisición, los jugadores sentirán una conexión real con la lucha de Dragon Age: Inquisition (ya sean nuevos o veteranos).
Dragon Age: Inquisition saldrá el 21 de noviembre para PS4 y PS3.
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