Transistor y los secretos del DUALSHOCK 4

Greg Kasavin, director creativo de Supergiant Games nos habla sobre el uso del DUALSHOCK 4 en Transistor.

Aunque ser parte de un pequeño estudio independiente como Supergiant implica muchos desafíos, también tiene muchas ventajas. Por ejemplo, una de las irónicas diferencias que he experimentado al pasar de un gran estudio de juegos a uno muy pequeño es que a menudo las cosas pueden ir mucho más rápido cuando no hay demasiada gente alrededor que diga “no”.
Este sencillo hecho resulta fundamental en nuestro proceso creativo en Supergiant. Nos gusta inventar y probar nuevas ideas durante todo el desarrollo. Si puedes maniobrar lo suficientemente rápido a través de esa clase de proceso, se pueden obtener grandes resultados, y a la vez es fácil dejar atrás los inevitables experimentos fallidos, de los que siempre aprendes algo.
Dejad que os cuente un ejemplo inesperado de los últimos meses sobre un pequeño truco que se me antojó probar con el DUALSHOCK 4 cuando lo tuvimos entre las manos por primera vez.

La historia de nuestro juego, Transistor, gira en torno a esta mujer llamada Red, que acaba en posesión de un arma extraordinaria que, entre otros misterios, puede hablar con ella.
Cuando probamos las primeras versiones del juego con algunos amigos, todo el mundo se percató de la voz, pero no todo el mundo pudo identificar de dónde venía o quién estaba hablando exactamente. Esto era un problema importante para nosotros, y teníamos que solucionarlo, ya que hay una delgada línea entre sentirse intrigado por un misterio y sentirse desconcertado.
sí que empezamos a probar cosas. Le dimos vueltas a los primeros momentos de presentación hasta que sentimos que teníamos una escena que establecía una relación entre estos personajes de la manera más clara y concisa posible. También desarrollamos una pequeña tecnología muy guay que hace que el Transistor se ilumine de manera sincronizada con la voz en off que sale de él.

Este efecto de iluminación no solo ayuda a que nuestro personaje principal destaque entre el colorido entorno futurista, sino que también hace que deduzcas inmediatamente que la voz que escuchas proviene de esa extraña espada ordenador que lleva Red. Por fin sentimos que habíamos resuelto el problema de saber quién estaba hablando. Entonces empezamos a jugar con el mando de PS4 y tuvimos otra idea.

Nuestro uso de la barra luminosa no requirió más que una conversación rápida y quizá un par de horas de ingeniería, pero para mí es un microcosmos de nuestro proceso de desarrollo. Si podemos añadir pequeños toques como este con frecuencia y espontaneidad, entonces Transistor estará lleno de ellos. Y creo firmemente que en las cosas pequeñas de los juegos, esos detalles interesantes y divertidos de los que te das cuenta en tus juegos favoritos, son tan importantes como los elementos más grandes. Son lo que les da a los mejores juegos su carácter y personalidad distintivos, y son lo que recuerdas mucho después de haber terminado de jugar.
Cuando ves un juego como Transistor, sabes que no es el producto de una gran visión o de un diseño masivo en el que esquematizamos cada detalle para después pasar el resto del tiempo creándolo según un plan meticuloso. Es un proceso mucho más fluido e intuitivo, un ciclo de prestar atención al juego y responder a lo que creemos que necesita durante un largo periodo de tiempo en el que cientos de miles de microdecisiones acaban por formar la obra final. Me gusta que hayamos podido aplicar nuestro proceso incluso a cosas como una barra luminosa en un mando.
¿Sabéis qué? El mando también tiene un altavoz integrado. Estamos investigándolo.